EnREDos de voces y tintas
Los aportes de las nuevas tecnologías en el desarrollo de hábitos de lectura y de comprensión lectora entre estudiantes de secundaria y bachillerato
Resumen:
En la llamada era del conocimiento, los estudiantes de 15 años mexicanos protagonizan dos situaciones aparentemente contradictorias: Por una parte, están entre los últimos lugares de desempeño en competencia lectora; por otra, son quienes más usan las nuevas tecnologías. En un país donde los jóvenes leen en promedio 4 libros al año, la relación que ellos entablan con nuevos lenguajes y herramientas tecnológicos puede constituir un terreno fértil para el desarrollo de hábitos lectores y comprensión lectora.
Leer el mundo
Quienes tuvimos la oportunidad de vivir la transición del siglo XX al siglo XXI hemos sido también testigos del vertiginoso desarrollo e instauración de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en gran parte de las actividades de la humanidad. Los niños y jóvenes que nacieron a la par del nuevo siglo son quienes han desarrollado con gran facilidad las habilidades y capacidades necesarias para el uso y manejo de estas tecnologías. En el caso de los adultos, un buen número se ha ubicado en una especie de escala inversamente proporcional: a mayor edad, la relación con las NTIC es menor, quizá aplicando aquella máxima de más vale bueno por conocido que malo por conocer.
El nuevo siglo también ha representado la concreción del planteamiento McLuhiano de la aldea global y de la estandarización de diversos aspectos, surgiendo así diversas evaluaciones de carácter internacional. En el ámbito educativo, la prueba PISA 2006 evaluó el desempeño de estudiantes de 15 años, de 57 países, en torno a la competencia lectora, la competencia matemática y la competencia científica.
Hablar, escuchar, leer y escribir, son las cuatro habilidades comunicativas básicas a través de las cuales los seres humanos nos relacionamos con otros. Pero es a través de la lectura y la escritura que los seres humanos hemos construido las puertas de acceso a diversidad de conocimientos generados en diversos tiempos y espacios. Los resultados de PISA 2006 (INEE, 2006, p. 110) arrojaron que de los 30 mil 971 estudiantes mexicanos evaluados, 47 por ciento se ubican en un nivel incipiente o nulo para utilizar la lectura como una herramienta que impulse y amplíe sus conocimientos y habilidades en otras áreas.
Lo anterior pone sobre sobre la mesa un hecho aparentemente paradójico en la llamada era del conocimiento: Esos jóvenes con grandes carencias en su competencia lectora forman parte de esa generación que maneja con maestría las nuevas herramientas tecnológicas. ¿Dónde reside lo aparentemente paradójico? En que precisamente la alianza con las herramientas de las Nuevas Tecnologías puede contribuir a desarrollar hábitos de lectura y de comprensión lectora entre los jóvenes que las utilizan
Se trata de aceptar la sugerente invitación de Papert (1995) para pensar de manera distinta, para considerar que hay diferentes formas de leer y escribir y que las nuevas tecnologías son un gran aliado para que los niños descubran y generen sus propios conocimientos y así lograr un megacambio en las formas en que los ayudamos a aprender.
Entre el saber, el querer y el comprender
Saber leer no implica en automático comprender lo que se lee, ni mucho menos sentir placer hacia todo que se lee. En el proceso de la lectura, quien lee llega a al encuentro del texto con un propósito y unas expectativas determinadas, estableciendo así un diálogo entre lo que ofrece el texto y la experiencia personal del lector. Pero, si tal y como lo plantea Víctor Moreno (2003): “aquello que se lee no dice nada a la propia vida, es imposible que se dé interacción alguna en la confrontación entre texto y lector”. (p.45)
Aquí vale la pena buscar entre nuestros recuerdos para ubicar cómo aprendimos a leer, ya que finalmente al enseñar no escapamos de las formas en que a nosotros nos enseñaron. Seguramente vienen a nuestra mente, textos lejanos a nosotros con la consabida “cuota a pagar” por su lectura, consistente casi siempre en múltiples cuestionamientos acerca de lo leído. ¿Cuántas veces tuvimos la posibilidad de elegir aquello que queríamos leer?, ¿Cuántas veces leímos sólo por el placer de leer?
En este contexto, nos podemos la precaria situación en torno a los hábitos lectores de los mexicanos reflejada en la Encuesta Nacional de Lectura (CONACULTA, 2006), la cual da cuenta de que los jóvenes de 18 a 22 años lean en promedio cuatro libros al año y que quienes, una vez concluidos sus estudios universitarios lean con menor frecuencia, asociando a la lectura con cuestiones relacionadas con la asistencia a la escuela.
Siguiendo a Moreno (2003, p. 10), la comprensión lectora se genera cuando el contenido de un texto está cercano a los conocimientos y experiencias del lector. Cuando no comprendemos un texto tendemos a alejarnos de él o a rechazarlo. No comprender es el peor obstáculo con el que puede tropezarse una persona con ganas y deseos de aprender.
En el caso los niños y jóvenes evaluados por las pruebas PISA, EXCALE y ENLACE, mientras no se trabajen estrategias de lectura que les ofrezcan elementos de proximidad con su mundo, seguirán ubicados en los resultados hasta ahora reportados, seguirán si desarrollar la capacidad lectora para desenvolverse en el mundo actual.
Jóvenes y lectura en los tiempos de Internet
De acuerdo al estudio, La generación Interactiva en Iberoamérica. Niños y adolescentes ante las pantallas (Telefónica y Ariel, 2007), 95 por ciento de estudiantes, de entre 10 y 18 años -de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela- tienen acceso a Internet. En tanto, 82.8 por ciento de esos mismos jóvenes posee un teléfono celular con aplicaciones multimedia y el 39% tiene una videoconsola de juegos.
Dicho estudio proporciona un panorama completo respecto a los principales usos que hacen niños y jóvenes de las Nuevas Tecnologías a su alcance.
Antes de continuar, vale la pena destacar dos aspectos de La generación interactiva: Primero, sin importar las dificultades de acceso a Internet en varias regiones, la preferencia por la red de redes es superior (el hogar, en primer término, seguido por los ciber cafés, son los principales puntos de acceso de los adolescentes al ciber espacio); segundo, cuando los jóvenes accesan a Internet desde la escuela lo hacen para utilizar el correo electrónico y visitar páginas web de corte educativo.
Por otra parte, el estudio proporciona datos referentes a una de las mayores posibilidades que ofrecen las Nuevas Tecnologías frente a otros medios tradicionales: la interactividad, las herramientas y los espacios para pasar de ser consumidores a creadores de contenidos. En este sentido, 45% de los adolescentes de 10 a 18 años tiene un blog, o fotoblog y emplea otros soportes para la difusión de materiales audiovisuales, o a la elaboración de páginas web.
¿Y dónde queda la lectura? En la selva de información que se genera diariamente en Internet, la lectura de comprensión, que ejercitada deriva en una lectura crítica es la mejor brújula que podemos llevar para no perdernos en el camino.
La lectura sigue siendo la clave para acceder al conocimiento. Es seguro que la forma de leer ha variado, leer en Internet requiere otras pericias, el uso de buscadores, la introducción consiguiente de criterios de búsqueda, el manejo de bases de datos, abrir y guardar archivos, bajar imágenes; pero la lectura atenta, meticulosa y comprensiva de un mensaje es imposible de obviar.
Complicidad cibernética
En este contexto, se presenta un gran y apasionante reto ante los docentes: sumar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para desarrollar hábitos de lectura y la comprensión lectora.
Se dice que el océano de contenidos multimedia por el que navegan nuestros jóvenes Internautas deja poco espacio a la imaginación, al contrario que las palabras escritas que provocan imágenes y evocan metáforas, que toman mucho de su significado en la imaginación y experiencias del lector, al que arrancan del mundo inmediato.
Para contrarrestar esta idea, nada mejor que recurrir a una estrategia vinculada con nuestra más tierna infancia, capaz de detonar la fábrica de imágenes en nuestras mentes: la lectura en voz alta. Retomar esta estrategia, revitalizarla a través de las herramientas multimedia que manejan los adolescentes, como en el caso del podcast, puede ser el elemento que invite a la lectura por placer.
De acuerdo con Chan (2005), desarrollar la capacidad de todos los usuarios como autores es el fin de una educación comunicativa. Desde otra perspectiva, el mejor ambiente virtual de aprendizaje es el que más espacios abiertos deja a los educadores y educandos para su construcción.
¿Qué pasaría si los profesores acompañan a sus alumnos en la construcción de espacios cibernéticos donde se escuchan en sus propias voces (y arreglos) aquellas lecturas que les dicen algo? Hablar y escuchar, son las otras dos habilidades comunicativas que nos permiten interactuar con los demás y conocer cosas nuevas, y ¿por qué no?, contagiar el placer por la lectura, para que algún día no muy lejano, podamos hacer realidad el sueño de tener un país de lectores.
Referencias
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. (2006), Encuesta Nacional de Lectura. México. Recuperado el 11 de octubre de 2009, de: http://sic.conaculta.gob.mx/encuesta/Encuesta%20de%20Lectura%20ok.pdf
Chan, M. E. (2005). Competencias mediacionales para la educación en línea. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 7 (2). Recuperado el 16 de septiembre de 2009 en: http://redie.uabc.mx/vol7no2/contenido-chan.html
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. (2007), Pisa 2006 en México. México. Recuperado el 25 de octubre de 2009, de: http://www.inee.edu.mx/images/stories/Publicaciones/Estudios_internacionales/PISA2006/Completo/pisa2006completo.pdf
Moreno, V. (2003), Leer para comprender. España: Gobierno de Navarra. Departamento de Educación y Cultura. Recuperado el 7 de noviembre de 2009, de: http://dpto.educacion.navarra.es/bibliotecasescolares/blitz_files/Blitz%204%20amll.pdf
Papert, S. (1995). La máquina de los niños. Replantearse la educación en la era de los ordenadores. Barcelona: Paidós.
Telefónica y Ariel. (2008), La generación Interactiva en Iberoamérica. Niños y adolescentes ante las pantallas. Barcelona, España. Recuperado el 6 de noviembre de 2009, de : http://www.generacionesinteractivas.org/?page_id=66